(Así llamo yo al Centro de Salud de la Calle San Millán proyectado por un desconocido arquitecto de Madrid contra el que combatí sin éxito alguno, esta vez, redactando un manifiesto para que los destinatarios lo esgrimiesen ante el INSALUD o llevándolo ellos mismos a la prensa. Tiene fecha de mayo de 1989 y apareció como una noticia extractada por un periodista)
Los
profesionales, médicos, enfermeras, auxiliares, trabajador social y
administrativos del Centro de Salud Joaquín Elizalde de Logroño que firman el
presente escrito, desean hacer pública su preocupación por los posibles errores
que se están cometiendo en la construcción del edificio sito en la calle San
Millán destinado a albergar las instalaciones del referido Centro de Salud.
A
la vista de los planos del edificio ya en construcción pueden observarse
deficiencias tales como:
-
La concepción del edificio en dos plantas, semisótano y planta baja, con
ubicación de consultas en la planta semisótano, iluminadas y ventiladas por
ventanas al ras de la acera o a patios interiores de 3,90 m. de anchura que, al
parecer, van cubiertos con claraboyas cenitales. Parece a todas luces ridículo
y lamentable que mientras que los edificios de viviendas anexos de la calle San
Millán tienen alturas de Baja más 5, Baja más 7, y Baja más 8, al Centro de
Salud se le meta literalmente en un agujero. Según tenemos entendido, el propio
Plan General de Logroño prohíbe el uso de los semisótanos como viviendas y los
restringe y limita como locales de trabajo y comerciales; pues bien, para
nuestro Centro de Salud, que necesita luz y ventilación como ningún otro
edificio, no se ha puesto ningún reparo.
-
La nula previsión de plazas de aparcamiento para un centro de trabajo de cerca
de sesenta profesionales que atiende a un área de salud de 33.000 habitantes y
que está situado en una zona de alta densidad de población y escasa dotación de
aparcamientos.
-
El diseño de acceso al edificio por un inhóspito callejón sin salida situado
entre el propio Centro de Salud y un edificio de baja más 4, cuando el solar
dispone de un frente de 40 m. a la calle San Millán y otro de 32 m. a la calle
San José de Calasanz.
-
La escasa dotación de espacio del servicio permanente de urgencias y la mala
organización del mismo en su relación con el resto del edificio.
-
La poca claridad, caso de incendio, de las salidas de evacuación de la planta
de semisótano, invadiendo los patios de iluminación.
Y
en fin, otra serie de detalles de menor cuantía que no es el caso seguir
detallando.
Los
intentos de exponer a la Administración tales problemas han chocado con la
ineludible voluntad política de inaugurar a fecha fija el edificio, con la
dilución de las responsabilidades de su promoción y con la cerrazón del
director técnico de las obras que argumenta que esos son aspectos sobre los que
sólo él decide.
Conscientes
de la importancia de los errores arriba mencionados y tratando de evitar el
incurrir nuevamente en los costosos gastos de reformas a que los otros dos
recientes Centros de Salud de Logroño, Rodríguez Paterna y Gonzalo de Berceo,
ya se han visto abocados, creemos que es oportuno hacer una llamada pública a
la Administración a fin de entrar en vías de diálogo y razón, paralizando de
inmediato las obras, reformando integralmente el proyecto y posponiendo los
intereses políticos o técnicos a los del ofrecimiento de un buen edificio de
Centro de Salud para servicio de la comunidad.