(Escrito en mayo de 1997 siendo Decano del
COAR, lo remití a La Rioja para su publicación, pero desde la Junta de Gobierno
del Colegio lo paralizamos para no deteriorar nuestras relaciones
institucionales con el Ayuntamiento de Logroño. Es inédito pues).
(La foto es de noviembre del 2021 cuando el Ayto de Logroño, sin venir a cuento (o más bien para autoprestigio del propio alcalde) le otorgó la medalla de oro de la ciudad)
Como
voy a criticar duramente la decisión del Ayuntamiento de Logroño de encargar
directamente a Rafael Moneo la ordenación del solar resultante del derribo de
los cuarteles, y me es imposible separar mi persona del cargo que ocupo en la
Presidencia del Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja, quisiera, antes de
entrar en materia, hacer una serie de declaraciones personales, a fin de que el
lector pueda separar mi crítica personal a Moneo con el rechazo profesional a
la decisión del Ayuntamiento.
Fuí
alumno de Rafael Moneo en la Escuela de Arquitectura de Barcelona en el año
1972, y a él le debo el origen de mi interés por la arquitectura. Hasta ahí mi
respeto y gratitud. A partir de entonces he seguido con especial interés su
meteórica carrera, y conozco perfectamente las claves de su éxito. No voy a
entrar en detalles, -que dejo para cualquier aclaración posterior-, y paso a
manifestar que me interesa tanto Moneo en el panorama de la arquitectura como
Madonna en el de la música, esto es, como un fenómeno del poder y de las masas.
Para
muestra de que la clave del éxito de Moneo no es la arquitectura (como la de
Madonna no es la música), bastaría con analizar el estrambótico edificio con
forma cornuda que nos dejó en Logroño como Ayuntamiento y su no menos
deleznable plaza (?) frontal, cuyo significado sólo entiendo el día en que se
produce esa monumental gamberrada urbana del lanzamiento del cohete festero que
tanto gusta a los alcaldes sean del signo que sean.
Hechas
estas declaraciones personales perfectamente discutibles y matizables,
cualquier lector, por poco avispado que sea, deducirá que lo que ha venido
Moneo a hacer en el solar de los cuarteles es, de todas todas, a prestigiar a
nuestro alcalde, -lo mismo que hiciera Julio Iglesias hace unos años cuando se
pasó un montón de horas hablando de no se qué con Felipe González. Desde el
punto de vista político la operación puede ser muy rentable, pero desde el
punto de vista cultural, siento decir que es de un paleto tan sublime que me cuesta
elegir entre la indignación o la sonrisa.
Cierro
las declaraciones personales y políticas aclaratorias y me centro, como Decano
de los arquitectos riojanos en los aspectos más profesionales de la cuestión.
1) El Ayuntamiento encarga a Moneo,
-dice la noticia de la página 13 de La Rioja del día 20 de mayo-, unos trabajos
de ordenación por los que pagará 29,1 millones. La adjudicación de un trabajo
de la Administración sólo puede hacerse de forma directa hasta dos millones de
pesetas, salvo casos en que el mercado no pueda ofrecer varias alternativas.
Pues bien, las preguntas son inmediatas ¿sólo Moneo es capaz de ordenar el
solar de los cuarteles? ¿es la
arquitectura una cuestión de magia? ¿es el solar de los cuarteles un reto del
nivel al que ha tenido que enfrentarse no hace unas semanas el gran Kasparov? En absoluto. Logroño tiene problemas arquitectónicos y urbanísticos por todos
sus frentes, ninguno es más importante o decisivo que otro, y en La Rioja o en
España hay arquitectos tan capaces o más que Moneo (y sin la agenda tan
apretada...) para afrontarlos. Así que quien quiera denunciar al Ayuntamiento
ante los tribunales por tamaña irregularidad legal que siga adelante porque
tiene todas las de ganar. Yo no lo haré porque prefiero la prensa pública que
los procedimientos judiciales y porque además no me gusta esa ley que maniata a
la Administración. Pero que esa adjudicación es un irregularidad manifiesta, lo
sostengo aquí y en Roma.
2) La segunda truculencia que se
aprecia en la adjudicación es la del tipo de trabajo a realizar. La noticia,
tal como aparece en la citada crónica de Mayte Mayayo es confusa, pero todo
parece indicar que la culpa no es de la periodista, -que no tiene por qué
conocer los tipos de trabajos que hacemos los arquitectos-, sino de la falta de
claridad de la fuente de información. Se habla de que hará “un proyecto básico
de cinco edificaciones”, el “plan básico” de otro, “las pautas que deberán
presidir los proyectos de construcción del resto de los edificios, que tendrán
forma de ordenanza”, “también ofrecerá una serie de recomendaciones...”, “los
trabajos se concretarán en el diseño de lo que será la futura urbanización
interior de la parcela”, etc.etc.... Pero ¿qué es esto?, un Plan Especial de
Reforma Interior, un Estudio de Detalle, un rosario de Proyectos Básicos, unas
Ordenanzas, ...., o lo que se quiere comprar son acaso unas ideítas del genio
para que después las desarrollen otros. Que se diga bien claro a la ciudadanía
lo que se paga con sus dineros porque la profesión de arquitecto y la
legislación urbanística tienen regulados perfectamente todos sus tipos de
trabajo y sus figuras de planeamiento y es inaceptable que a nadie, por muy
Nobel de la Arquitectura que sea, se le dé venia para que se las salte. O enlazando
con el punto anterior, si lo que viene es a dar ideas, pues lo propio hubiera
sido un concurso abierto de ideas previo a los encargos de proyectos y
punto.
3) ¿Qué relación estructural y
urbanística guarda lo-que-sea que se haya adjudicado a Moneo con las
ordenaciones urbanísticas del zona? ¿Se resuelve todo el PERI de Excuevas
Cuarteles desde la manzana en cuestión o se paralizará todo el desarrollo de la
zona hasta que Moneo dibuje su pastel? ¿Todo lo que tenga que decir Moneo se
quedará en la manzana o afectará al entorno? ¿Está eso dicho en alguna parte
de la adjudicación? ¿Quién es el coordinador de ese proceso?. Después de
lo-que-sea que se le haya adjudicado a Moneo, ¿se le encargarán también los
proyectos de verdad, esto es, los proyectos de ejecución? Hay en esta batería
de preguntas muchas dudas sobre la forma de construir la ciudad, sobre las
relaciones entre arquitectura y urbanismo ó entre políticos y funcionarios que
esta adjudicación evidencia, y que más que aclarar, tiende a enturbiar.
Pero
como este último tema es muy profundo, mejor dejarlo aquí, y concluir
manifestando una vez más, que frente al trabajo colectivo de reflexión y
ordenación de nuestra ciudad, frente al trabajo hecho desde aquí, poco a poco,
lentamente, con mucha inversión en debates e ideas, yo veo en esta nueva
actuación municipal mucha fantasmada, muchas irregularidades, y muchas dudas. Y
todo por una “moneada”. La construcción de la ciudad llevaba trazas de
convertirse en un misterio y en una enredada madeja de co/i/responsabilidades;
pero desde hace algún tiempo se ha apuntado también al espectáculo del
star-system y el Ayuntamiento de Logroño no quiere quedarse atrás, pues donde
hay estrellas hay fotógrafos... e historia en papel couché...
En
la espiral del esperpento, la verdadera pena es que no le hubieran llamado hace
años a Moneo para arreglar Cascajos, ó Lobete, ó La Estrella, ó San Adrián, ó
Madre de Dios: a estas alturas estaríamos en el libro Guiness de los récords en
moneadas y en Logroño seríamos todos más guapos, más ricos y más altos. ¡Y más
listos!. Y...¡hasta tendríamos un club de fans!.