domingo, 18 de junio de 2023

LA TAPIADA



            (Así llamo yo al Centro de Salud de la Calle San Millán proyectado por un desconocido arquitecto de Madrid contra el que combatí sin éxito alguno, esta vez, redactando un manifiesto para que los destinatarios lo esgrimiesen ante el INSALUD o llevándolo ellos mismos a la prensa. Tiene fecha de mayo de 1989 y apareció como una noticia extractada por un periodista)

 

            Los profesionales, médicos, enfermeras, auxiliares, trabajador social y administrativos del Centro de Salud Joaquín Elizalde de Logroño que firman el presente escrito, desean hacer pública su preocupación por los posibles errores que se están cometiendo en la construcción del edificio sito en la calle San Millán destinado a albergar las instalaciones del referido Centro de Salud.

            A la vista de los planos del edificio ya en construcción pueden observarse deficiencias tales como:

            - La concepción del edificio en dos plantas, semisótano y planta baja, con ubicación de consultas en la planta semisótano, iluminadas y ventiladas por ventanas al ras de la acera o a patios interiores de 3,90 m. de anchura que, al parecer, van cubiertos con claraboyas cenitales. Parece a todas luces ridículo y lamentable que mientras que los edificios de viviendas anexos de la calle San Millán tienen alturas de Baja más 5, Baja más 7, y Baja más 8, al Centro de Salud se le meta literalmente en un agujero. Según tenemos entendido, el propio Plan General de Logroño prohíbe el uso de los semisótanos como viviendas y los restringe y limita como locales de trabajo y comerciales; pues bien, para nuestro Centro de Salud, que necesita luz y ventilación como ningún otro edificio, no se ha puesto ningún reparo.

            - La nula previsión de plazas de aparcamiento para un centro de trabajo de cerca de sesenta profesionales que atiende a un área de salud de 33.000 habitantes y que está situado en una zona de alta densidad de población y escasa dotación de aparcamientos.

            - El diseño de acceso al edificio por un inhóspito callejón sin salida situado entre el propio Centro de Salud y un edificio de baja más 4, cuando el solar dispone de un frente de 40 m. a la calle San Millán y otro de 32 m. a la calle San José de Calasanz.

            - La escasa dotación de espacio del servicio permanente de urgencias y la mala organización del mismo en su relación con el resto del edificio.

            - La poca claridad, caso de incendio, de las salidas de evacuación de la planta de semisótano, invadiendo los patios de iluminación.

            Y en fin, otra serie de detalles de menor cuantía que no es el caso seguir detallando.

            Los intentos de exponer a la Administración tales problemas han chocado con la ineludible voluntad política de inaugurar a fecha fija el edificio, con la dilución de las responsabilidades de su promoción y con la cerrazón del director técnico de las obras que argumenta que esos son aspectos sobre los que sólo él decide.

            Conscientes de la importancia de los errores arriba mencionados y tratando de evitar el incurrir nuevamente en los costosos gastos de reformas a que los otros dos recientes Centros de Salud de Logroño, Rodríguez Paterna y Gonzalo de Berceo, ya se han visto abocados, creemos que es oportuno hacer una llamada pública a la Administración a fin de entrar en vías de diálogo y razón, paralizando de inmediato las obras, reformando integralmente el proyecto y posponiendo los intereses políticos o técnicos a los del ofrecimiento de un buen edificio de Centro de Salud para servicio de la comunidad.